sábado, 11 de agosto de 2012

"SOLO SOY PARA DIOS"


Clara frangante azucena del jardín seráfico,
desprecando las vanidades del mundo
quiso seguir a Jesucristo pobre y crucificado,
con el buen ejemplo de su padre San Francisco
imitador insigne de nuestro Señor.
Ella sutil perfume de virtudes exquisitas
alumbró al mundo entero, con su vida ejemplar
viviendo la santa Pobreza que ella tanto amó,
en su vida y que a nosotras sus hijas, ella misma
nos exortaba, a vivirla con pleno corazón y que
no nos separásemos de ella nunca jamás.
Apesar de que Clara nunca salió de su
pequeño convento de San Damián, ella fue la
lámpara que no se escondió debajo del celemín,
si no que nuestro Sumo Bien que es Jesús la puso
en la cumbre más alta para que su resplandor
irradiara al mundo entero, desde los muros de
su convento.
Mujer contemplativa era Clara, su vida era
una oración constante en aquel que era único y
centro de su humilde corazón, nadie como Calra
supo decir." Sólo soy para Dios y desde Dios
para el mundo entero"

Sor María de Jesús, Clarisa