lunes, 4 de marzo de 2013

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL PONTIFICADO DE BENEDICTO XVI

 
Queridos sacerdotes y diáconos, religiosos y religiosas; y queridos diocesanos:

Cuando se llega el día en que quedará vacante la sede episcopal de Roma por decisión del Santo Padre Benedicto XVI, que ha comunicado al Colegio de Cardenales su decisión de renunciar irrevocablemente al ministerio de Sucesor de Pedro que le fue confiado, pido a todos los sacerdotes y diáconos, a los religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos que acompañen en esta hora con su oración a nuestro muy amado Papa Benedicto XVI.

Al concluir el Pontificado Romano de Benedicto XVI su figura de Pastor de la Iglesia universal se agiganta, ante el luminoso magisterio que nos lega y su apasionada defensa de la verdad como criterio de fidelidad a Cristo y testimonio evangelizador en el mundo contemporáneo.

El Papa ha puesto la Iglesia en las manos de Cristo, único Pastor del rebaño, confiándole su cuidado, en el cual Cristo le llamó a colaborar con él. Benedicto XVI no ha escatimado esfuerzo alguno hasta que sus fuerzas, limitadas como las de cualquier ser humano, ya no se lo permiten, como con gran humildad y sinceridad ha manifestado. Por eso, todos los fieles cristianos hemos de encomendarle ahora a él a Dios nuestro Señor, pidiendo que por Cristo Jesús que le acompañe en su ancianidad y le mantenga saludable cuanto Dios Padre disponga, para que en su retiro, escondido a los ojos del mundo, como les decía a los sacerdotes y seminaristas de su diócesis de Roma, y entregado a la oración, el Papa emérito que ha querido ser, nos encomiende a todos en a Cristo, en el diálogo de amistad e intimidad con el Señor, al que ha representado en la tierra como Vicario suyo para la Iglesia universal y ante el mundo.

Por todo ello, ruego se tenga en cuenta cuanto sigue:

1º) Dispongo que, desde la fecha de mañana día 27 de febrero hasta que comience el próximo Cónclave, todos los sacerdotes celebren al menos una misa en acción de gracias por el don del Pontificado Romano que ahora termina, y por la salud y el bienestar físico y espiritual de nuestro amado Papa Benedicto XVI, y no dejen de encomendarle todos estos días en la oración, agradeciendo a Dios su magisterio y el cuidado y gobierno pastoral de la Iglesia universal que, durante casi ocho años, ha ejercido con fidelidad y amor incondicional a Cristo.

2º) Exhorto, al mismo tiempo, a todos los fieles, pero encarecidamente a las comunidades religiosas de clausura, a que encomienden juntamente con los sacerdotes al Santo Padre Benedicto XVI, para que no le falte la ayuda del Señor en su retiro y dedicación a la oración por la Iglesia.

3º) Que a partir del momento en que, a las 20 horas del día 28 de los corrientes, momento elegido por Benedicto XVI para dejar el ejercicio del ministerio de Sucesor de Pedro, en la santa Misa se omita el nombre del que hasta ese momento ha sido el Papa de toda la Iglesia, y se nombre tan sólo en el memento de vivos al Obispo diocesano.

4º) Que desde ese mismo momento, en todas las celebraciones de la santa Misa, cuando se reciten las preces de los fieles se incluya la súplica a Dios nuestro Señor para que asista con la acción del Espíritu Santo a los Cardenales de la Santa Iglesia Romana que han de gobernar la Iglesia hasta la elección del nuevo Papa y han de elegir al nuevo Pontífice Romano.

Una vez el Colegio Cardenalicio anuncie el comienzo del próximo Cónclave, dispondré mediante decreto el orden oracional y las primeras disposiciones diocesanas ante la elección del nuevo Papa. Entretanto, encomendamos a Cristo Señor y a la intercesión de la Santísima Virgen nuestra súplica por la persona de Benedicto XVI, dando gracias a Dios por los años en que ha ejercido el ministerio de Pastor universal de la Iglesia.

Con mi afecto y bendición,

+ Adolfo González Montes
Obispo de Almería
Almería, a 26 de febrero de 2013