Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron
todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un
sitio tranquilo a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían,
que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio
tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces
de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les
adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos,
porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
SEÑOR, tu entrega a anunciar la Buena Nueva, cumpliendo la misión que el Padre te confió, es tan fiel y absoluta, que no te queda tiempo ni para comer. Necesitas el descanso, pero lo rehúsas, porque te da lástima ver a la multitud - a mí entre tantos - como ovejas sin pastor. ¡Tú eres mi Pastor, yo me siento a tus pies, como María la hermana de Marta, para lo única necesario: escuchar tu Palabra!