lunes, 22 de agosto de 2016

"VEN: SERÁS CORONADA"



"Eres toda hermosa, y no hay en ti mancha. - Huerto cerrado eres, hermana mía, Esposa, huerto cerrado, fuente sellada. -Veni: coronaberis. - Ven: serás coronada. (Cant. 4, 7, 12 y 8). Si tú y yo hubiéramos tenido poder, la hubiéramos hecho también Reina y Señora de todo lo creado.
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer con corna de doce estellas sobre su cabeza. - Vestido de sol. - La luna a sus pies. (Apoc., 12, 1). María, Virgen sin mancilla, reparó la caída de Eva: y ha pisado, con su planta inmaculada, la cabeza del dragón infernal. Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa de Dios.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo la coronan como Emperatriz que es del Universo.
Y le rinden pleitesía de vasallos los Ángeles..., y los patriarcas y los profetas y los Apóstoles...,y los mártires y los confesores y las vírgenes y todos los santos..., y todos los pecadores y tú y yo.
La Maternidad divina de María es la raíz de todas las perfecciones y privilegios que la adornan, Por ese título, fue concebida inmaculada y está llena de gracia, es siempre virgen, subió en cuerpo y alma a los cielos, ha sido coronada como Reina de la creación entera, por encima de los ángeles y de los santos. Más que Ella, sólo Dios. La Santísima Virgen, por ser Madre de Dios, posee  una dignidad en cierto modo infinita, del bien infinito que es Dios. No hay peligro de exagerar. Nunca profundizaremos bastante en este misterio inefable; nunca podemos agradecer suficientemente a Nuestra Madre esta familiaridad que nos ha dado con la Trinidad Beatísima. (Amigos de Dios, 276)."
San José María Escrivá