SAN LUCAS 1, 39-45
María se puso de camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo
de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel escuchó
el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del
Espíritu Santo, y dijo voz en grito:«¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi
Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en
mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se
cumplirá».
OH LLAVE DE DAVID y cetro de la casa de Israel, concebido en el
seno virginal de María: abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede
abrir:¡ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
Tú tienes la llave de la vida y la salvación. Abre las puertas de la cárcel del
pecado para que pueda seguirte con libertad de los hijos de Dios.