VII ANIVERSARIO DE LA ELECCIÓN DE BENEDICTO XVI
JUAN 10, 27-30
Dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y
ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie
las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie
puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».
JESUCRISTO, hablas de rebaño y de ovejas, pero no eres pastor de
manadas, sino de cada oveja en particular. Me quieres personalmente y escucho
tu voz que me da plena seguridad, porque estoy en tus manos: es la inmensa
seguridad de la fe.