Dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me ha
amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté
en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que
os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a
vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he
elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que
os améis unos a otros.
JESUCRISTO, eres tú quien me ha elegido. ¿Cómo lo has hecho, conociendo mi debilidad y lo inútil que soy? Respuesta: tu amor misericordioso puede fortalecer mi fragilidad para obedecer tu Palabra y dar fruto abundante. Es lo que hoy te pido, en la fiesta de San Juan de Ávila, para todos los sacerdotes: es su modelo y su patrono celestial en España.