Santa María de la Merced es la advocación que alude a la abundancia incontable de gracias que Dios nos da a través de la Santísima Virgen. Es la Procuradora del Paraíso, como la llamó San Andrés Avelino, porque María siempre intercede por nosotros solicitando las misericordias del Señor y para conseguir mercedes para justos y pecadores de este mundo lleno de miserias físicas y morales, en el que necesitamos a una Madre fiel reflejo de la infinita misericordia de Dios. La Virgen María, Madre y Corredentora, medianera de todas las gracias, es como rezamos en la Salve “Reina y Madre de Misericordia” que se apiada de sus hijos en la vida y en la muerte, Ella es a la que le pedimos “nos muestre su escapulario cuando Dios nos llame a juicio”.
