Pues todos temen la muerte,
¿cómo te es dulce el morir?
¡Oh, que voy para vivir
en más encumbrada suerte!
¡Oh mi Dios!, que con tu muerte
al más flaco hiciste fuerte:
¡qué gozo nos dará el verte!
¡Oh Cruz!, madero precioso,
lleno de gran majestad,
pues siendo de despreciar
tomaste a Dios por esposo.
A ti vengo muy gozoso,
sin merecer el quererte:
esme muy gran gozo el verte.
Santa Teresa de Jesús