lunes, 15 de diciembre de 2008

EL SENTIMIENTO MÍSTICO DEL AMOR DIVINO

“Hace tal obra el amor
después que le conocí,
que, si hay bien o mal en mí,
todo lo hace de un sabor,
y al alma transforma en sí;
y así, en su llama sabrosa,
la cual en mí estoy sintiendo,
apriesa, sin quedar cosa,
todo me voy consumiendo".
 



San Juan de la Cruz es el padre y la máxima figura mística del Carmelo, presbítero y doctor de la Iglesia y de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Junto con Santa Teresa fue el reformador del Carmelo, restaurando la orden y revitalizando su contenido dándole una gran riqueza de espiritualidad.

Como profundo conocedor del corazón humano, siempre tuvo presente en sus escritos el fin de la vida espiritual, es decir, llevar las almas a Dios y subjetivamente unirlas a Él por amor, es decir, alcanzar la perfección de la caridad y elevarse a la dignidad de Hijo de Dios por el amor. "No hay trabajo mejor ni mas necesario que el amor", dice el santo.

Los puntos fundamentales de su mensaje son:
· que sepamos descubrir el tesoro de la cruz
· que la oración y el silencio nos ayuden a descubrir a Dios  
· que seamos dóciles a las inspiraciones de lo alto
· que sepamos perdonar a cuantos nos ofenden