La obediencia es la tira que pende del cinturón y forma parte del hábito carmelita, como signo de la obediencia que debemos a la Iglesia Verdadera a imitación de Cristo.
"La obediencia cristiana y religiosa no se configura, antes que nada o sencillamente, como una ejecución de leyes o de disposiciones eclesiásticas o religiosas, sino como una etapa del camino en busca de Dios, que pasa a través de la escucha de su Palabra, la toma de conciencia de su proyecto de amor, la experiencia fundamental de Cristo, el obediente por amor hasta la muerte de cruz". (De la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica Ciudad del Vaticano).