Celebramos la festividad de San José, a quien Dios le encomendó la inmensa responsabilidad de ser el padre adoptivo de Jesús, y el privilegio de ser el Esposo de la Santísima Virgen María.
Hombre justo, casto, honesto, humilde carpintero, fue sin duda una gran influencia para el buen desarrollo humano del Niño Jesús y un perfecto esposo para María.
El Santo Patriarca supone para nosotros un ideal modelo de entrega a Dios, de ahí que no conozcamos palabras suyas, tan solo sus obras, sus actos de fe, amor y protección como custodio de la Sagrada Familia.
La Santa carmelita Teresa de Jesús, era particularmente devota de San José quien se le aparecía en varias ocasiones y andaba junto a Ella.
San José es invocado como Patrón de la iglesia universal, modelo para los trabajadores y hogares cristianos, protector de los moribundos, maestro de oración y vida interior, intercesor en la vida y en la muerte y patrón de las vocaciones sacerdotales, religiosas y a la vida consagrada.
Pidamos al Esposo de la Virgen en el día de su fiesta litúrgica, que interceda ante el Buen Pastor para que surjan abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada para el bien de toda la iglesia universal.