miércoles, 13 de mayo de 2009

"POR FIN, MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ”


El mensaje que la Santísima Virgen trasmitió a los tres pastorcillos en Cova de Iría tiene una dimensión universal. Las palabras pronunciadas por sus maternales labios se dirigían a la Tierra entera, a cada individuo, a cada familia y a cada nación, a jóvenes y ancianos, pobres y ricos, incultos y letrados, patrones y empleados, habitantes de los campos y de las ciudades, hombres y mujeres, casados y solteros, laicos y religiosos, ciudadanos comunes y autoridades. Quiso que fuesen tres niños los mensajeros de palabras de esperanza, anunciando un futuro regreso de las naciones a Cristo, a través de la intercesión de Ella.
(“Fátima, Aurora del Tercer Milenio”, Juan S.Clá Díaz)