domingo, 10 de enero de 2010

EVANGELIO DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANIA

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

LUCAS 3, 15-16.21-22

El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías: él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego». En un bautismo general Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajo el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto».



JESÚS, mientras te observo como un pecador más en la fila de los que bautizarse, me percato de que has elegido mi lugar: yo soy el pecador, tú el único Justo. Gracias, Jesús, por tu Bautismo y por mi Bautismo, que me hizo hijo de Dios contigo. Que toda mi vida sea un desarrollo armónico de la semilla de gracia divina que depositaste aquel día en mi debilidad.