Cristo, ha llegado el tiempo fuerte de la Cuaresma de 2010; que la lismona me ayude a no ambicionar riquezas, la oración me enseñe a poner en ti mi vida y mi esperanza, y el ayuno me demuestre que no sólo se vive de pan, sino de la Palabra que cada día me ofreces en tu Evangelio. ¡Ven conmigo en este caminar hacia la Pascua!
