Dame, Señor, la alegría de descubrir a tu Madre
y tomarla como la mía.
Dame, Señor, la alegría de estar a la espera de tu palabra
como lo estuvo Ella.
Dame, Señor, la finura de acoger y hacer vida tu palabra
como tu Madre la acogió y vivió.
Dame, Señor, ojos de sorpresa para contemplar
y descubrir tu presencia en la debilidad de la vida.
Dame, Señor, fe para conocerte y servirte
en la gente que me rodea.
Dame, Señor, manos para acogerte y tratarte
en mis amigos y amigas
como María te acogió y te abrazó a Ti.