miércoles, 15 de septiembre de 2010

LOS DOLORES DE NUESTRA SEÑORA

 Foto: Guillermo Méndez en Flickr

María, mujer firme en la hondura del dolor,
incansable compañera de la Cruz,
eres Madre del  Mesías fugitivo y emigrante,
de tu Hijo pendiente de las cosas de su Padre,
de tu Hijo incomprendido, solo, traicionado,
de tu Hijo que sufre y muere clavado en el madero.
La cruz se hizo costumbre y mástil de tu vida,
plegaria prolongada y vuelo peregrino
hacia el gozo pascual por tu Hijo prometido.
Virgen en soledad, fragilidad doliente,
tu sufrir nos desvela el sentido, el horizonte
y el jornal de la cruz, del dolor de cada hombre.
Vidal Ayala