domingo, 21 de agosto de 2011

EVANGELIO DOMINGO 21º DEL TIEMPO ORDINARIO

EUCARISTIA DE CLAUSURA
 DE LA
XXVI JORNADA DE LA JUVENTUD

MATEO 16, 13- 20

Llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo y preguntaba a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: ««Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Mesías.


SEÑOR, la pregunta me la haces hoy a mí: ¿Y tú, quién dices que soy yo? Me pides una respuesta personal, vital, experimental, no de libro o de memoria. Yo te digo de corazón, aunque alguna vez mi vida no responda a esta confesión: Tú eres mi Dios y mi todo, mi Señor, mi Salvador, mi amigo en quien confío plenamente.