martes, 2 de agosto de 2011

A LA VIRGEN MARÍA

Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
Madre, dame Tu mano y no me sueltes,
déjame apoyarme en Ti al andar,
enséñame el camino que sólo me conduzca
a Tu Hijo con quien anhelo un día estar.

Pídele a El que perdone mis falencias,
mi falta de paciencia, también de piedad,
que me dé fuerzas para sobrellevar el peso
de las injusticias que me hacen a menudo llorar.

Enjuga mis lágrimas con Tu dulzura de siempre,
cubre con Tu manto mis penas y ansiedad,
regálame la paz que de Tus ojos mana
y muéstrame las huellas del amor y la humildad.