jueves, 28 de junio de 2012

SAN PEDRO Y SAN PABLO


Cuando el gallo, tres veces
negaste a tu Maestro;
y él tres veces te dijo:
"¿Me amas más que éstos?"

Se te puso muy triste
tu llanto y tu silencio:
pero la Voz te habló
de apacentar corderos.

Tu pecado quemante
se convirtió en incendio,
y abriste tus dos brazos
al madero sangriento.

La cabeza hacia abajo
y el corazón al cielo:
porque, cuando aquel gallo,
negaste a tu Maestro. Amén
.