domingo, 18 de agosto de 2013

EVANGELIO 20º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

LUCAS 12, 49-43

Dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».

SEÑOR, hoy tu palabra me resulta fuerte. Pero tú tienes palabras de vida eterna, y yo las acepto como lo mejor. Que el fuego que trajiste a la tierra prenda en mi vida y que todo lo que pueda ser motivo de distanciarme de ti. Podrá haber divisiones, pero jamás entre tú y yo:  tú eres mi vida, y yo quiero vivir siempre contigo, después de morir, eternamente en el cielo cara a cara, y ahora aquí en la tierra por la fe.