Dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el
mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué
angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No,
sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra
dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo
contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra
contra la nuera y la nuera contra la suegra».
SEÑOR, hoy tu palabra me resulta fuerte. Pero tú tienes palabras
de vida eterna, y yo las acepto como lo mejor. Que el fuego que trajiste a la
tierra prenda en mi vida y que todo lo que pueda ser motivo de distanciarme de
ti. Podrá haber divisiones, pero jamás entre tú y yo: tú eres mi vida, y yo quiero vivir siempre
contigo, después de morir, eternamente en el cielo cara a cara, y ahora aquí en
la tierra por la fe.