viernes, 4 de octubre de 2013

¡SALVE, SEÑORA!

 
"¡Salve, Señora, Reina santa, Madre santa de Dios, María! Eres Virgen hecha Iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por él con su santísimo amado Hijo y con el Espíritu Santo Paráclito. En ti existió y existe la plenitud de toda gracia y todo el bien. ¡Salve, palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo suyo! ¡Salve, casa suya! ¡Salve, vestidura suya! ¡Salve, esclava suya! ¡Salve, madre suya! ¡Salve, también vosotras, santas virtudes todas, que, por gracia e iluminación del Espíritu Santo, sois infundidas en los corazones de los fieles, para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!".
San Francisco de Asis