domingo, 29 de diciembre de 2013

EVANGELIO OCTAVA DE NAVIDAD

JORNADA POR LA FAMILIA Y LA VIDA

 
MATEO 2, 13-15, 19-23

 
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto». Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y vuélvete a Israel;  ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño».  Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno.
 

JESÚS, María y José no ahorraron sacrificios para proteger tu vida. El amor, la unidad y la disponibilidad para hacer la voluntad de Dios fueron el clima de tu familia. ¡Cuánta falta hacen hoy a la familia cristiana -y a cada cristiano- los valores que cultivabais en Nazaret: el amor, la unidad, el trabajo, el clima de oración ante la presencia de Dios! Te pido por las familias cristianas del mundo, y en especial por mi familia: que se mantengan unidas en el amor y en la fe, que respeten la vida, que sean ante el mundo un signo vivo de tu amor.