viernes, 13 de mayo de 2016

AVE MARÍA


¡Oh tú, quienquiera que seas, advierte que en esta vida, más bien que andar por tierra firme, vas navegando entre peligros y borrascas! Si quieres no quedar sumergido, mira la estrella, llama a María. En los peligros de pecar, en las tentaciones porfiadas, en las dudas, piensa que María te puede socorrer, y llámala de contado. No falte jamás su nombre en tu corazón con la confianza, ni de tu lengua con la invocación. Si la sigues, no errarás el camino de la salud. Si acudes a Ella, no desconfiarás. Si te tiene de su mano, no caerás. Si te protege, nada temerás. Si te guía llegarás al puerto sin trabajo. En una palabra: si María toma a su cargo defenderte, alcanzarás la bienaventuranza. 
San Bernardo