Yo subiré al pie de la Cruz,
me apretaré al Cuerpo frío,
cadáver de Cristo,
con el fuego de mi amor…,
lo desclavaré con mis desagravios
y mortificaciones…,
lo envolveré con el lienzo nuevo
de mi vida limpia,
y lo enterraré en mi pecho de roca viva,
de donde nadie me lo podrá arrancar,
¡y ahí, Señor, descansad!
Cuando todo el mundo os abandone
y desprecie, os serviré, Señor.
San Josemaría Escrivá de
Balaguer