domingo, 22 de abril de 2018

EVANGELIO IV DOMINGO DE PASCUA

JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

JUAN 10, 11 - 18

Dijo Jesús: «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido de mi Padre».


JESUCRISTO: tú eres mi pastor, el que dio su vida libremente para que yo, pobre oveja tuya, tenga vida. Tú me conoces mejor que yo mismo, y yo quiero conocerte cada día más. Hoy te doy gracias por los padres que me diste: la mejor herencia que nos dejaron a hijos y nietos ha sido conocerte, creer en ti y gozar de tu amistad; y, entre los hijos, has elegido dos para el sacerdocio. ¡Gracias, Señor! Que la fidelidad de los sacerdotes responda a la generosidad de sus padres.