DÍA PRO ORÁNTIBUS (monjes y monjas)
Los once discípulos se
fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se
postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha
dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de
todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».
SANTÍSIMA TRINIDAD, PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO: que toda mi vida - aquí en la tierra y luego en el cielo - sea un acto de adoración a mis Tres y mi Todo. Que nunca olvide que soy vuestro templo, al que habéis venido para hacer morada en mí. ¡Lejos de mí el pecado, que es negación del Dios Uno y Trino: a quien más amo, al único que quiero adorar! Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Lo digo con mis labios y quiero glorificaros con mi vida.