DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA
Instruyendo Jesús en el templo, les
decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que
les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las
sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las
viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más
rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente de las arcas para las ofrendas,
observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se
acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando
a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado
en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que
les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para
vivir».
SEÑOR, hablas primero de los escribas: ¡Cuidado con ellos! Son la expresión del egoísmo, de querer sobresalir en el primer lugar por encima de todos.... El segundo aspecto, la pobre viuda que solo tenía dos reales y los echó en el cepillo del templo, en honor tuyo. ¿Y yo? ¿Me busco a mí mismo como los escribas, o estoy dispuesto a darlo todo por ti?