domingo, 10 de marzo de 2019

EVANGELIO I DOMINGO DE CUARESMA

LUCAS 4, 1 - 13

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer, y al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre»”. Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto"». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"». Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.


CRISTO, me das una excelente lección de vida, frente al demonio tentador: rechazas rotundamente una conversación con él y le tapas la boca con la Palabra de Dios. ¡No quiero milagritos, ni poder ni ostentación que vengan de Satán. Ayúdame a vivir esta Cuaresma en el silencio, recogido, atento a tu Espíritu que vive dentro de mí.