Al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije:
"Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía
antes que yo." Yo no lo conocía,
pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del
cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me
envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el
Espíritu y posarse sobre él, ése es el bautiza con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que
este es el Hijo de Dios».
SEÑOR, hoy pones imagen a tus palabras: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Vienes a mí como manso y salvador Cordero de Dios, que cargas con mis pecados y los borras de mi cuenta para no recordarlos más. Que el Espíritu que se posó sobre ti se pose sobre tu Iglesia y le dé la unidad.