lunes, 8 de diciembre de 2008

MARIA, MADRE INMACULADA


“Es más pura que el Sol, más hermosa que las perlas que ocultan los mares…”
Celebramos hoy, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Dogma de fe, que proclamó el Papa Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854, por el cual se afirma que la Santísima Virgen María fue preservada de todo pecado en previsión de los méritos de su Hijo Jesús.

Con esta fiesta que conmemoramos durante este tiempo de adviento, alabamos el “si” pronunciado por María, aceptando ser la Madre de Dios. Ella, solamente diciendo una palabra, recibió en su seno purísimo al que es la Palabra Eterna. Su grandiosa entrega a Dios, supuso el consuelo de los afligidos, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados y la salvación de todos los hijos de Adán y Eva.

María, abrió el corazón a la fe, los labios al consentimiento, sus benditas entrañas al creador, y el deseado de todas las gentes se encarnó en Ella, por eso, nosotros reestablecidos a la vida por esa palabra de misericordia, y en agradecimiento por su participación en la obra salvifica de Dios, tenemos que seguir proclamando las maravillas que el altísimo hizo en la que ahora es Reina de cielos y tierra, y Madre Nuestra. Que la purísima Virgen María, Estrella de los mares, Rocío de la mañana y hermosura del Carmelo, siga intercediendo por nosotros, y nos ayude a que como Ella nos entreguemos fielmente al  que en gracia La formó.