Damos gracias a Dios porque nuevamente nos hace participar de su Pascua, de su amor, de su vida; porque vela continuamente por su Iglesia, iluminándola, sosteniéndola, fortaleciéndola, y ha querido contar con su hijo Ginés, para ser portador de su luz, haciéndola presente en su Iglesia. Gracias Señor por mostrarle con tanta nitidez el camino que quieres para él, reflejado en la voluntad del Santo Padre Benedicto XVI, y en él la voluntad de la Iglesia.
Haber sido ordenado Obispo, para la diócesis de Guadix, en este año sacerdotal, supone para él la plenitud del sacerdocio ministerial, y en lo profundo de su ser la plenitud de su identificación con Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, consagrando más aún si cabe su entrega radical a la Iglesia; y es que la luz no se tapa debajo del celemín, sino que se coloca en un lugar alto para que ilumine toda la estancia, y seguro, que así será.