“La Santísima Virgen María, por el amor que nos
dedicaba, estaba dispuesta a ver Su Hijo sacrificado a la Justicia Divina por
la barbaridad de los hombres. Este gran tormento, pues, que María suportó por
nosotros – un tormento mayor de que mil muertes – merece nuestra compasión y
nuestra gratitud. Si no podemos corresponder más a un tal gran amor, al menos
dediquemos algunos momentos en este día de hoy para considerar cuan grandes fueron
los sufrimientos por los cuales María se hizo Reina de los mártires; porque los
sufrimientos de Su gran martirio excedieron los de todos los mártires, en
primer lugar, por ser los más largos, y en segundo lugar por ser los mayores en
intensidad”.
...
“Nuestra Madre del Cielo tiene un tal amor por
nosotros que merece nuestra gratitud, y esa gratitud debería demostrarse por lo
menos meditando en Sus Dolores y teniendo compasión por Ella en ellos”.
San
Alfonso de Ligorio.