Oh gloriosísimo Padre de
Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien el
Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra la
Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles
católicos. a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los
bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los auxilios espirituales para la
vida eterna. Alcánzanos especialmente estas tres gracias, la de no cometer
jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad; la de un sincero
amor y devoción a Jesús y María, y la de una buena muerte, recibiendo bien los
últimos Sacramentos.