domingo, 24 de abril de 2016

EVANGELIO 5º DOMINGO DE PASCUA


JUAN 13, 31-33a.34-35


Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él». (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.) «Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros».


SEÑOR, cuando en ese noche santa "nos amaste hasta el extremo", aunque fuiste vendido por Judas y todos te abandonarán, nos das tu mandamiento nuevo: el amor fraterno en la medida de la Cruz, amando como tú perdonaste y amaste a tus asesinos. Si era difícil amar al otro como me amo a mí mismo, me es absolutamente imposible amar a los demás con tu amor heroico de la cruz. A no ser que abra mi corazón a tu Espíritu, y cambie mi corazón de piedra por uno de carne, con misericordia, manso y humilde como el tuyo.